18 de
junio de 2012
Es
difícil no reconocer tu luz, aquella que llena las ventanas, que se filtra por
las rendijas del alma, se queda grabada y se sostiene por un tiempo en mis
pupilas.
La
primera vez que la vi de frente me tomo por sorpresa, no era nada familiar, no
se parecía a nada que haya visto en la normalidad, era diferente porque se
apegaba más a una naturaleza que ni por si misma puede ser explicada, se
escondía en tus ojos cuando los cerrabas y se perdía en los míos cuando me
mirabas, y que felicidad era mirarte, ver tu sonrisa, con ese lunar en la boca,
que felicidad fue tenerte a mi lado, aunque fuera por unos minutos.
La
luz que perdí contigo jamás la veré y aunque pareciera no ser demasiado decirte
un te amo, es lo que hoy te doy, esperando el día en que esa luz vuelva a pasar
por mi farol, y que encienda en mi, lo que nunca tuve aquí…
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